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Mostrando entradas de junio, 2022

otro poema de Mirtha Duarte

  Yo lo quiero desde siempre pero hoy volviendo del campo   al terminar la cosecha sus ojos me han mirado de un modo ... sus ojos   negros profundos...   Y cómo alas de cuervo   renegridas sus cejas ligeramente se alzaron y su boca! como un clavel florecido   en el ardor del verano qué se abrió al sonreírme cómo de una herida el tajo qué dejaba ver el hueso tal son sus dientes de blanco ... y me dejó estremecida   mi nombre dicho en su voz al volver juntos del campo...  

Poema de Mirtha Duarte

  Poema     La luna en el campo   brillante y muy blanca mi paso alumbraba A lo lejos, el horizonte tenía reflejos violáceos y malvas Al calor de la tarde violenta   la noche dejaba sentir un aire transparente   de perfumes susurros y calma ¡la calma del campo en la obra transitoria ...! No se sabe si aún es de día   o descuelga sus velos la noche Así suspendida, mi alma, entre ser y no ser, por el campo en la tardecita lenta vagaba...   Mirtha Duarte

Vida. Poema de Lydia Balbuena

    Vida, espacio de tiempo/ perdido en el infinito/ déjame disfrutar mis días/ uno a uno, poco a poco/ con entusiasmo beberlo/ sorbo a sorbo, cada acontecimiento/ vivir la vorágine de mis horas/ disipar el mal momento/ atesorar el buen recuerdo/ Vida no tengas prisa, no te vayas/ quédate un poco más/ deja el plazo abierto/ quiero cumplir otro sueño/ no te esfumes con el viento/ quiero disfrutar mis días/ en la infinitud del tiempo.     Lydia

Poema para Juana de Mirtha Duarte

  La maravillosa alma de Juana nos acompaña con su delicadeza volcada en sus versos desde muy temprana edad. Leyendo y releyendo sus estrofas   siempre encontramos aquella que es reflejo de nuestra paz o nuestra tristeza. ............................... Es frágil y tierna inocente y amante su voz cristalina se convierte en llama y nos lleva y trae por los senderos del amor. Delicada florecita que canta con voz cristalina sus ingenuas pasiones y sus sueños de amor Pero la vida No es tal como la soñamos Y la voz clara como una campana Se va volviendo opaca,   Se pone triste, ronca ... Frente a los embates duros de la realidad se volaron las luciérnagas del pelo, se enturbió el agua en la fuente y deshojaron las rosas.

Arando. Poema de Estrella

  ARANDO   Son páginas de un libro hecho de esfuerzos Cada una escrita en hábil filigrana Sinfonía de auroras a ocasos. Simples notas al margen de recuerdos, De rutinas heroicas, cotidianas Convertidas en polvos que duelen muy hondo. Y otro día comienza, y es otra página En blanco que el ritual del trabajo Reteje en enigmática poesía.

Reflexiones con jazmines.Nilda Igarza

    Reflexiones con jazmines.   Catorce plantas de jazmines rodeando la casa fueron plantadas por mi padre. Diciembre traía los primeros ramilletes como hostias de fe renovada; una ofrenda a Fátima, otra al frasco transparente del pesebre repleto de pimpollos recién cortados. Una vez a la semana rumbo al centro pasaban las hermanas Hernández con sus pañuelos negros en la cabeza. Pisando sombras de veredas a la hora de la siesta golpeaban palmas, pedían dos vasos de agua y jazmines a la vuelta. Algunas madres pedían pimpollitos que demoraran en abrir para moños de comunión de sus hijas y prendedores a túnicas de las maestras cuando entregaban las carpetas. — Ayúdenme a armar ramos de a docena — decía mi padre — antes que el sol apriete o me agarre la perrera.   Mientras barajaba algún mate aprontaba el canasto de mimbre con asa de trenza que Angito Pérez le había regalado, acomodaba jazmines como a bebés con talco perfumado. Pedaleando, meciéndolos en el cu...

Desconsuelo. Microrrelato de Mirta Duarte

  Desconsuelo Se miró al espejo detenidamente.   Se despejó el pelo de la frente y se acercó más a la luna para estar bien cerca de sus ojos. Su mano izquierda tocó entonces el papel que había recibido esa mañana y su estómago volvió a arrollarse como al encontrarlo. Lo estrujó entre sus dedos, lo hizo una pelota y lo tiró lejos. Su boca empezó a temblar imperceptiblemente.   La apretó con fuerza; sabía que después de eso sus lágrimas comenzarían a brotar. Se levantó inquieta tratando de pensar. Su corazón galopaba pero no estallaría.   Se volvió a sentar a los pies de la cama abrazando sus rodillas donde apoyó la frente. De pronto abrió los brazos como si quisiera huir de su propio cuerpo, quería no existir, no tener que luchar; total ¿para qué?   Luchar contra sus arrugas, su piel, manchada por la edad, la decadencia de su cuerpo, para recobrar el amor que hoy le anunciaba el anónimo se había ido con otra más joven, más bonita, de carnes firm...