Desconsuelo. Microrrelato de Mirta Duarte

 

Desconsuelo

Se miró al espejo detenidamente.

 Se despejó el pelo de la frente y se acercó más a la luna para estar bien cerca de sus ojos.

Su mano izquierda tocó entonces el papel que había recibido esa mañana y su estómago volvió a arrollarse como al encontrarlo.

Lo estrujó entre sus dedos, lo hizo una pelota y lo tiró lejos.

Su boca empezó a temblar imperceptiblemente.  La apretó con fuerza; sabía que después de eso sus lágrimas comenzarían a brotar.

Se levantó inquieta tratando de pensar. Su corazón galopaba pero no estallaría.

  Se volvió a sentar a los pies de la cama abrazando sus rodillas donde apoyó la frente.

De pronto abrió los brazos como si quisiera huir de su propio cuerpo, quería no existir, no tener que luchar; total ¿para qué?

 Luchar contra sus arrugas, su piel, manchada por la edad, la decadencia de su cuerpo, para recobrar el amor que hoy le anunciaba el anónimo se había ido con otra más joven, más bonita, de carnes firmes y pelo brillante ...

Entonces sí, se dio por vencida, se derrumbó sobre la cama y se echó a llorar...

Comentarios

  1. Muy buen relato! La realidad que viven muchas esposas! Después de llorar, comienza una nueva vida, libre, sana con el regalo de ser para sí misma!!

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