Carta a mi padre- de Lydia Balbuena

 

CARTA A MI PADRE                                    

 Piriápolis, 11de agosto de 2020

Papá, siempre recuerdo cuando siendo niña, hace ya muchos años, me dijiste, “me hubiera gustado nacer ahora, en la época de ustedes, porque hay más adelantos, antes, en mis tiempos no había tantas cosas”. Ese día no supe que decirte y quedé imaginando, con pena, cómo habría sido antes.

Muchos años pasaron y he recordado siempre tus palabras.

Quiero contarte papá, que los grandes cambios siguieron a pasos agigantados, las ciencias han logrado muchas cosas. Existen inventos que cambiaron radicalmente nuestras vidas, como la computadora, el fax, internet, el iPhone, el video juego, el horno microondas, el control remoto, el karaoke. Internet revolucionó nuestra manera de buscar y de compartir información, rompiendo totalmente las barreras de la comunicación, con él vivieron el correo electrónico y el wifi. También llegaron el disco compacto o CD, la memoria USB, el GPS, los airbags, los DVD. Tenemos autos muy veloces y cómodos, también mejores carreteras, y existen grandes autopistas. Usamos muchas luces, televisores y aires acondicionados en nuestras casas, tenemos Netflix y más opciones, en los inviernos usamos calienta camas. El iPhone se transformó a Smartphone, dejando de ser un artículo de lujo, para transformarse en una herramienta imprescindible en nuestra vida cotidiana. El fax nos permitió pasar un documento desde una parte del mundo a la otra, en sólo segundos. Existen la laptop, las tablet y todos los integrantes de la familia tenemos un teléfono móvil o celular, particular, consultamos   YouTube, Google, Facebook, Instagram, Telegram, Twitter, y hay más.

Pero estos grandes descubrimientos nos llevaron a una vorágine de cambios, también de nuestra imagen del universo y de nuestro lugar en él. Ahora podemos ver el mundo entero en la pantalla a través de una aplicación.

 La industrialización de la producción ha creado nuevos entornos humanos, destruyendo otros, acelerado el ritmo general de nuestras vidas. El crecimiento urbano ha sido rápido y las grandes ciudades se han vuelto caóticas. También han ido cambiando los patrones de costumbres, creencias, y hasta de ciertos valores humanos. Tantos han sido estos cambios, que nos han afectado en nuestra forma de vestir, de comer y también de descansar.

Hoy en día, es aceptado legalmente el casamiento entre personas del mismo sexo, y es totalmente usual la fertilización in vitro, o una cirugía intra útero materno.

Existen muchos hogares mono parentales. Muchas personas viven solas, mujeres jóvenes que deciden criar a un perrito en vez de tener un hijo. Luego tratan al perrito como a su bebé y le comentan con orgullo que es su hijo.

Tenías razón papá, nuestros tiempos son de grandes cambios, cambios que nos han llevado a usar y tirar, a valorar menos las cosas, y muchas veces a abandonar a nuestros mayores. También a dejar en manos de desconocidos a nuestros hijos.

Pero, ¿sabes? ahora nos ha sorprendido un virus que se ha metido en nuestras vidas, dándonos una fuerte sacudida. Nos ha mantenido unos meses encerrados en nuestras casas, mientras los animales estaban libres en todas partes del mundo. Este virus, llamado Covid 19, nos ha enseñado a valorar un beso, un abrazo, nos ha llevado a reflexionar y a revalorar muchas cosas, como nuestra libertad, nuestra salud, nuestra familia, los sabores de la comida de mamá y de la abuela, cultivar una planta, abrazar un árbol o a refugiarnos en un libro.

Ahora papá, estamos más humanos y estoy segura de que vendrán buenos tiempos.

Te envío un beso, allí en el plano donde te encuentres, y no olvides que te quiero.

                                                                                                                                                                                              

                                                                                                                                                                                     Lydia Mariel Balbuena Balbuena

                                                                                                                                                                                                “la abuela Marilú”

                                                                                                                                                                                         Cardona-Piriápolis- Uruguay

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