Aparición, cuento de Fernando Gutiérrez
APARICIÓN A veces recordaba los viejos tiempos: algodón de azúcar deshaciéndose en la boca, calesitas, fuegos artificiales, una copa llena de champaña para celebrar la llegada del año nuevo, seres queridos que ya no existían ni tenían rostro en la memoria. En ese tiempo había mucho por lo que tener esperanza y mucho por lo que reír y no la oquedad sin futuro donde ahora vivía. Todo se había desvanecido con la llegada de los monstruos, con la conversión de la humanidad en una sombra carnívora y torpe de sí misma. Había tenido que salir de caza con sus ropas cada vez más ajadas y sucias, su campera de cuero raído y sus botas militares, algo de cuerda, tijeras, agujas de coser, yesqueros y fósforos, cigarros añejos, un cuchillo al que había que mantener afilado y tantos otros pequeños recursos con los que llenar la mochila incluyendo, por supuesto, una botella de plástico llena de agua. Lo más importante: el hermoso bate de béisbol que le había regalado su padre y con el que golpe